En el invierno de 1986, en un rincón de Villa Traful, nacía un sabor que hoy viaja por toda Argentina. Esta es la historia detrás del alfajor con más dulce de leche del país.
En 1986, Patricia Pasarón y Eduardo Dáttoli tomaron una decisión que cambiaría sus vidas para siempre: dejar la ciudad y abrazar la naturaleza. Se instalaron en Villa Traful, un rincón remoto de la Patagonia argentina, rodeado de montañas y lagos. Con espíritu pionero y mucha valentía, comenzaron vendiendo alfajores caseros, elaborados con recetas propias y mucho corazón. Así nacía la semilla de un sueño.
En agosto de 1992 nacieron los alfajores Del Montañés. Durante este primer año las tapitas de alfajores se horneaban en una rústica cocina a leña, dentro de una pequeña cabaña de troncos. La producción era 100% artesanal, y cada unidad llevaba consigo la esencia del bosque, la calidez del hogar y el amor por las cosas bien hechas. No era sólo un producto: era un pedacito de montaña para compartir.
Con el proyecto ya en marcha, se construyó una fábrica propia en el corazón de Traful. Este paso fue fundamental para profesionalizar la producción sin perder el alma artesanal. Gracias a esta nueva infraestructura, pudimos aumentar la cantidad de alfajores manteniendo la calidad, lo que nos permitió llegar a nuevos destinos y comenzar a construir una red de distribución regional.
Esta década fue de crecimiento sostenido. Los productos Del Montañés llegaron al Alto Valle de Neuquén y Río Negro, ganando el corazón de miles de personas. El boca en boca fue clave, y el alfajor patagónico comenzó a convertirse en un clásico de la zona. A fuerza de constancia, calidad y autenticidad, la marca se transformó en un símbolo de la Patagonia.
En estos años diversificamos nuestra propuesta con productos que mantienen viva la identidad de montaña: exquisitos dulces elaborados con frutas autóctonas, chocolates artesanales finamente trabajados y deliciosos licores regionales. Cada nuevo desarrollo fue pensado para seguir honrando el origen, usando ingredientes nobles, seleccionados por su calidad y su conexión con la región y técnicas tradicionales que preservan la autenticidad y el sabor que nos caracterizan desde el primer día.
En esta etapa dimos un gran salto hacia la innovación sin perder nuestras raíces. Incorporamos tecnología flow pack para envolver nuestros alfajores y garantizar mayor frescura, creamos nuevas variedades hasta alcanzar los 13 sabores de alfajores, desarrollamos un nuevo producto, los conitos rellenos de dulce de leche y con ésto, nuestro catálogo creció, y también el vínculo con nuestros clientes, que ya no venían sólo por alfajores, sino por una experiencia patagónica completa, y así llegamos a tener una línea de casi 30 productos. También lanzamos nuestra tienda online que nos permite llegar a todo el país.
Hoy, Del Montañés es reconocido como el alfajor patagónico tradicional y emblemático de Villa Traful, un logro que celebramos con orgullo. Pero lo más valioso sigue siendo nuestra esencia: producir con amor, crear con el corazón, y la pasión que nos mueve, todo desde el mismo lugar que nos vio nacer. Cada alfajor, cada frasco de dulce, cada chocolate es el resultado de más de tres décadas de historia, trabajo en familia y conexión profunda con la naturaleza y nuestro hermoso pueblo. Seguimos escribiendo esta historia todos los días, con el sabor inconfundible de la Patagonia.

"Si visitas Traful, no podes irte sin probar un alfajor Del Montañés"
Explorá nuestras especialidades artesanales y disfrutá de la dulzura única que nace en Villa Traful. Alfajores, dulces y licores hechos con amor, en pequeñas cantidades.

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